El botón de oro reportó mejores resultados que el maíz para hacer ensilaje para el ganado. Foto: César Molina, Unimedios Palmira.
¿Alguna vez ha pensado qué sucede detrás de los alimentos que llegan a su mesa? Por primera vez en Colombia un estudio comparó los costos de producción y calidad nutricional del maíz, usado tradicionalmente para ensilaje, un proceso que permite conservar por largos periodos de tiempo el forraje con el que se alimenta el ganado, con los del arbusto de flor amarilla y halló que el botón de oro supera al grano en términos de producción, aroma y conservación.
La conservación de forrajes o pastos de calidad con los que se alimenta el ganado es un aspecto clave para enfrentar los desafíos mundiales del sistema ganadero durante periodos prolongados de sequías o lluvias extremas, una limitación y un posible riesgo a la hora de satisfacer las necesidades alimenticias de los bovinos para garantizar la obtención y calidad de los productos derivados como la carne y la leche.
El ganado juega un papel principal en la economía global, al ser responsable de casi el 40% de la producción agrícola total en países desarrollados y el 20% de aquellos en vías de desarrollo. Además proporciona cerca del 34% del suministro global de proteínas alimenticias, de ahí su importancia para la soberanía alimentaria y la nutrición de la población mundial.
Ante esta realidad, un grupo de investigadores de la Maestría en Ciencias Agrarias –línea de Producción Animal Tropical– de la Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira decidió estudiar el botón de oro (Tithonia diversifolia) y demostrar que este frondoso arbusto es una alternativa rentable y nutritiva que garantiza la conservación y el suministro de forraje para ganado, por su capacidad de tolerar condiciones adversas como acidez y baja fertilidad del suelo.
Los resultados abren nuevas posibilidades para los ganaderos y ponen en el centro de la discusión la necesidad de invertir en investigación y desarrollo de alternativas sostenibles en la industria agropecuaria, que busquen diversificar la oferta para la alimentación animal y mejoren la calidad de los derivados.
¿Botón de oro o maíz?
Por sus bajos costos y simplicidad en su producción, el ensilaje es una de las técnicas más atractivas usadas por ganaderos. Se trata de un método de fermentación anaerobia (sin oxígeno) en el cual se obtiene un pH bajo y se reproducen las bacterias ácido lácticas que son la clave para producir el nutritivo material que permite que el forraje –o plato fuerte de los rumiantes– se conserve por años, de ahí su importancia, pues ante el cambio climático, un ganadero debe ocuparse de proveerles a los animales el alimento a largo plazo.
Aunque tradicionalmente el maíz (Zea mays) se ha utilizado en el ensilaje del forraje en grandes producciones, por sus ventajas productivas, la dependencia a este grano ha limitado la diversificación de nuevos productos, y además factores externos como la volatilidad del dólar pueden afectar su precio y hacerlo inestable, ya que Colombia está entre los 10 países del mundo que más lo importan.
Por eso,la magíster en Ciencias Agrarias Ximena Hernández Arboleda planteó en el estudio el análisis comparativo entre el botón de oro y el maíz para hacer ensilaje, contrastando sus costos de producción y la calidad nutricional, además del crecimiento del ganado y la calidad de la leche. Un adelanto: la planta nativa superó las expectativas de los investigadores.
En su tesis, la magíster indica que “un sistema de producción ganadero rentable en lo económico y aceptable en lo ambiental debe contar con una oferta forrajera crónica, de calidad, abundante, y de costo monetario aceptable”, pero además destaca que “arbustos como el botón de oro marcan un impacto ambiental sin deteriorar los recursos naturales”.
Acompañada del profesor Sanín Ortiz Grisales, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNAL Sede Palmira, reconocido investigador con más de 15 años de experiencia en el estudio de este arbusto originario de América tropical, demostró que esta “planta marginal” de flor amarilla supera al maíz en términos de producción, aroma y conservación.
Botón de oro, de la diversidad silvestre a la biodiversidad cultivada
El estudio destaca indicadores como el “aumento de peso vivo diario” y la aceptación de los bovinos, pues aunque su potencial y su flor se comparan con el oro, la investigadora debió enfrentar un gran reto: transformar su sabor amargo para cautivar el paladar de los comensales, todo un desafío si se tiene en cuenta que las vacas aman los azúcares. Al final, el equipo logró una adaptación saludable de los animales a esta planta.
“Con el botón de oro se obtuvo un mejor rendimiento por hectárea (80 toneladas) respecto al maíz (70 toneladas), y la cosecha es de 60 días frente a los 70 días que lleva el grano. Además, los costos por establecimientos son más bajos; la ventaja es que el único costo de establecimiento se puede diferir a cinco años, y por cada año voy a tener cinco cosechas de botón de oro, mientras que con el maíz, cada vez que yo quiera hacer ensilaje debo hacer la misma inversión de establecimiento y comprar las semillas”, explica la magíster Hernández.
Respecto al desarrollo nutricional de los animales, la tesis encontró que el botón de oro promovió un mayor incremento de peso en los bovinos. Contar con un alto contenido de materia seca (30%) y proteína (19%) lo pone por encima del maíz en términos de calidad nutricional. “Mejora la calidad de la leche y permite criar terneros saludables”, comenta el profesor Sanín.
El botón de oro aumentó hasta en 2 puntos los sólidos totales de la leche, lo cual quiere decir que para una explotación lechera de aproximadamente 5.000 litros diarios, este incremento representaría una notable mejora en los ingresos para los ganaderos; no obstante, “su implementación requiere de asesoría técnica calificada y de una mejora en el proceso de producción”.
Al abrir el ensilaje de botón de oro los investigadores apreciaron un aroma agradable a exquisitas hierbas y una textura densa que indica que no produce humedad excesiva, y por ende funciona para conservar el forraje.
El profesor Sanín considera que “se trata de una propuesta dirigida a ganaderos visionarios que comprendan el valor del proyecto y la importancia de contar inicialmente con asesoría técnica calificada para implementar el proceso”.
Sobre el estudio
Durante los dos años de desarrollo del estudio crecieron 25 terneros, con los cuales se evaluó la viabilidad del botón de oro, que, como conclusión, “aseguró una reserva de forraje adecuada para los bovinos en términos de alimentación y productividad”.
La fase de campo se desarrolló en el Centro de Experimentación de la UNAL Sede Palmira (CEUNP), en el municipio de Candelaria (Valle del Cauca), y las pruebas de laboratorio se realizaron en el Laboratorio de Nutrición de la UNAL Sedes Palmira y Medellín, en donde se evaluaron ácidos orgánicos y se hicieron los análisis microbiológicos del producto.
Para las pruebas de rendimiento en campo se evaluaron en el maíz factores como las plantas por metro lineal, la altura de la planta completa, las hojas bajeras secas, el peso de la planta completa, el peso de la mazorca, el peso del tallo sin hojas y el peso de las hojas. Para el botón de oro analizó la altura del dosel, el peso total del forraje, las ramas por sitio y la relación hoja/tallo.
La cosecha del botón de oro se hizo manualmente y después se dejó en campo durante un día para que perdiera la humedad. Después de 24 horas el material se recogió y se llevó a una máquina ensiladora, que reduce su tamaño al picarse en pequeñas partes y se empaca en bolsas especiales. Durante este proceso se aplicó un aditivo y melaza para fomentar el crecimiento y la reproducción de las bacterias ácido lácticas y proporcionar los azúcares disponibles. Luego el material se compactó y rotuló indicando la fecha de disponibilidad.
Los productores ya están mostrando interés en esta alternativa y han empezado a sembrar botón de oro en sus tierras para alimentar a su ganado. Esto demuestra el potencial real y sostenible que ofrece el ensilaje de botón de oro como opción para mejorar la calidad de la producción ganadera.