Italia importa trabajadores asiáticos para la agricultura

0
288

La Primera Ministra Georgia Meloni ha señalado en forma reiterada el “carácter estratégico” que tiene para Italia la producción de agroalimentos. Foto: Manu Fernandez

Vacas muertas en el campo: desconcierto en el sector ganadero y un  sospechoso principal – Revista Agrollanos

Una de las principales empresas agrícolas de Italia especializada en comercio internacional (Grupo Coldiretti de Roma / Milán) ha llegado a un acuerdo con el gobierno de Kyrgyzstan, una ex república soviética de Asia Central, para importar inicialmente hasta 100 familias de pastores kyrgyzanos con el fin de que produzcan en la Isla de Cerdeña especialidades alimenticias como queso de cabra y leche de oveja, altamente apreciadas por los admiradores de la cocina italiana de reconocido prestigio internacional.

Este acuerdo es respaldado por el gobierno de la Primera Ministra Georgia Meloni, que ha señalado en forma reiterada el “carácter estratégico” que tiene para Italia la producción de agroalimentos; y esto ocurre al mismo tiempo que la actividad agrícola se reduce cada vez más por la virtual desaparición de la fuerza de trabajo debido al envejecimiento de la población y abandono masivo de las tareas del campo por las jóvenes generaciones.

Por eso el programa propuesto para Cerdeña es parte de una tendencia irreversible de largo plazo de carácter estructural.

Así, más de 10.000 inmigrantes Sykh de la región de Punjab en India se han establecido en el Norte de Italia y se han convertido en los últimos 10 años en la columna vertebral de la industria láctea italiana de la que proviene, entre otros, el famoso queso Parmesano.

La agricultura representaba 8% del producto italiano en la década del 60’, y ahora alcanza a sólo 2% del total.

A partir de ese momento comenzó en Italia la migración masiva del campo a las ciudades, y del Sur al Norte, atraída por la explosión industrial que se produjo en los grandes centros manufactureros, -Fiat mediante- de Turín y Milán.

En Italia hay hoy más de 358.000 trabajadores extranjeros de 164 países legalmente empleados en la actividad agroalimentaria; y un porcentaje que se estima es más del doble de operarios ilegales. Los trabajadores extranjeros representan hoy más de 30% de la fuerza de trabajo agrícola.

El proyecto de inmigración a Cerdeña recluta trabajadores kyrzskytanos de entre 18 y 45 años de edad con experiencia y formación agrícola, sobre todo pastoril, para ser establecidos en tres distritos sardos que hoy se encuentran prácticamente deshabitados como ocurre en gran parte del sur de Italia y también en amplias regiones españolas.

Las visas para estos trabajadores kyrzskytanos pueden convertirse en definitivas, una vez completado un proceso de entrenamiento y adecuación a la cultura, las costumbres y el idioma italiano, para lo que contarán con la ayuda de “mediadores culturales”, aportados por el gobierno de Roma y financiados por el Grupo Coldiretti.

Es evidente que el gobierno de la Primer Ministra Georgia Meloni no tiene en modo alguno una actitud xenófoba frente a los trabajadores extranjeros, sobre todo del mundo agrícola, y que dispone de una visión estratégica de largo plazo destinada a fortalecer la producción agroalimentaria italiana, como último resorte de una de la culinarias más reconocidas del mundo.

La inmigración ilegal, proveniente sobre todo del continente Africano y el norte de África, se ha convertido en la principal preocupación de seguridad del gobierno italiano.

Hay que recordar que estos migrantes llegan a territorio italiano atravesando el Mar Mediterráneo, y que una parte significativa de ellos mueren ahogados en la azarosa travesía.

En lo que se refiere a la agricultura, no podría funcionar sin el aporte de los trabajadores extranjeros, tanto legales como ilegales. La ola de migración masiva que recibe Italia proveniente del Norte de África está basada en la mutua necesidad, el lenguaje de la época.

Todo lo que hace a la agricultura y a la culinaria, ambas vitalmente vinculadas, integra la identidad cultural y nacional italiana, según lo que sostiene la Primera Ministra Georgia Meloni.

De ahí que hayan prohibido la producción y el consumo en Italia de “carnes” de origen vegetal surgidas de los laboratorios, no porque afecten la salud de la población –nada de eso-, sino porque atentan contra la cultura culinaria italiana, una de las más renombradas del mundo.

Todo lo que se refiere a la producción agroalimentaria en Italia es intensamente nacional, salvo y de manera creciente, en su fuerza de trabajo, integrada en buena parte por operarios provenientes de 164 países en el mundo, entre ellos Kyrgyzstan y el Punjab Indio.

*Tomado de: https://www.clarin.com/rural/italia-importa-trabajadores-asiaticos-agricultura_0_bUd6rdsqX1.html