Crisis en el sector lácteo brasileño

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Foto/Pixabay

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APIL – Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Lácteas de Rio Grande do Sul, entidad que agrupa a 40 lecherías y 43 socios asociados, siendo responsable de alrededor de 7 mil familias productoras de leche en la región, enfrenta un período crítico en la cadena láctea. Desde el segundo semestre del año pasado, la situación ha empeorado drásticamente debido al importante aumento de las importaciones de productos lácteos.

Según la nota oficial difundida por la Asociación, el llamado es a todos los involucrados a tomar medidas urgentes para preservar la industria láctea nacional. La situación actual no es sostenible y la acción conjunta es la única manera de garantizar un futuro próspero para los productores, industrias y consumidores brasileños. APIL sigue comprometida con esta causa y seguirá luchando por una cadena láctea más fuerte y resiliente en Brasil.

La crisis actual en el sector lácteo no tiene precedentes. Incluso después de 22 años de existencia, APIL nunca había presenciado una situación de tanta inseguridad y de tan larga duración. Esto está afectando considerablemente a las pequeñas y medianas industrias lácteas del estado.

Las importaciones masivas de productos lácteos, especialmente del Mercosur, están exacerbando la situación. Esto obligó a las empresas a reducir los precios de las materias primas, provocando también dificultades a los productores de leche. En respuesta, los productores han organizado protestas fronterizas en varias ocasiones para intentar frenar el flujo de importaciones.

Además, Argentina y Uruguay han implementado programas de estímulo y beneficios para sus productores locales, reduciendo los costos de producción y brindando ventajas competitivas en detrimento de la producción brasileña. El gobierno brasileño afirma que no puede interferir debido a los tratados del Mercosur, mientras que Argentina ofrece bonificaciones y exenciones fiscales y Uruguay refinancia deudas de productores e industrias.

Esta situación está llevando a los productores a abandonar la ganadería láctea y a las industrias a cerrar sus puertas. Lo que puede parecer beneficioso para el consumidor es, en realidad, una ilusión, ya que, a largo plazo, una cadena láctea desorganizada y unos productores debilitados darán como resultado precios más altos para los productos lácteos. El consumidor y el gobierno brasileños serán vulnerables al mercado internacional, generando gastos adicionales con importaciones que podrían evitarse si se fortaleciera la producción nacional.

Ante esta crisis, es imperativo que todos los participantes de la cadena láctea se unan para crear una nueva política nacional de producción láctea, más competitiva y rentable. Además, es crucial que el gobierno tome medidas para contener las importaciones y desarrollar programas estatales para proteger a los productores y las pequeñas industrias. La mayoría de los países consideran que la producción de leche es una cuestión de seguridad pública y actúan en consecuencia.

*Tomado de: https://www.agrolink.com.br/noticias/crise-no-setor-lacteo-brasileiro_484699.html