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El Banco Europeo de Inversiones (BEI), dedicado a servir a proyectos estratégicos de la CE, está negociando la concesión al gobierno sudafricano de multimillonarios créditos y ayudas para que sus principales infraestructuras logísticas ganen en eficiencia, usen renovables y para “descarbonizar” su economía.
Según recogía hace unos días la prensa sudafricana, la operación se enmarca en el acuerdo suscrito en 2021 para la promoción de la ‘Alianza para la Transición Energética Justa’. En virtud de este acuerdo Sudáfrica, Francia, Alemania, Holanda y Dinamarca, junto con la propia UE a través del BEI, así como EEUU y Reino Unido se comprometían a financiar 8.800 millones de euros para apoyar los esfuerzos de este país africano en la “descarbonización” de su economía.
Este apoyo financiero impulsará al sector minero local de Sudáfrica, pero también a su comercio hortofrutícola. No olvidemos que Sudáfrica, es tras España, el segundo exportador mundial de cítricos en fresco. Para la Interprofesional Citrícola Española (Intercitrus) esta iniciativa es un verdadero despropósito que pone de manifiesto la insensibilidad con la que Bruselas trata a su sector productor pese a las protestas agrarias que siguen sucediéndose por todo el continente.
“Sólo en Bruselas podría ser concebible que el primer exportador de cítricos en fresco del mundo (España) acuda en auxilio del segundo (Sudáfrica) para ayudarle a mejorar su posición en nuestro principal mercado (la UE), sin exigir antes reciprocidad y acatamiento de la normativa comunitaria”, señala la presidenta de Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu.
Las importaciones europeas de cítricos sudafricanos traen plagas y enfermedades que, en no pocas ocasiones (como en el caso del ‘Cotonet de Sudáfrica’), se instalan en las zonas de producción españolas y europeas.
Durante la pasada temporada, Sudáfrica acumuló la cifra récord de hasta 51 rechazos en puertos europeos tras detectar la presencia en sus envíos de cítricos afectados por el hongo de cuarentena conocido como ‘Mancha negra’. Llegado el momento presente, la CE aún no ha tomado ninguna medida para mejorar los controles o para garantizar una mayor fitosanidad a los citricultores europeos.
Además, Sudáfrica acumula dos temporadas consecutivas sin cumplir en sus envíos con el cold treatment que la UE reguló en 2022 para evitar la llegada de otra peligrosa plaga, cuyo combate también está regulado como prioritario por Bruselas, la conocida como ‘Falsa polilla’.
La respuesta de las autoridades y exportadores sudafricanos ante tales hechos, lejos de ser resignada, ha sido de lo más beligerante: en 2022 su Gobierno denunció a la UE ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) porque cuestionaba el tratamiento de frío impuesto contra la ‘Falsa polilla’ y, en cuanto a la ‘Mancha negra’, amenaza con abrir otro panel en la OMC y sus operadores se han atrevido a dudar de la eficacia y el rigor de los inspectores comunitarios así como de las pruebas que practican a sus frutas.