Brasil anuncia un plan de rescate económico dirigido al sector agrícola, en respuesta a la baja sostenida de precios de cultivos clave como el maíz y la soja desde mediados de 2022. Foto/agrolatam.com
La abundante oferta mundial, pese a las interrupciones del comercio por la invasión rusa de Ucrania, ha presionado a la baja los precios, afectando gravemente a los productores y empresas del sector.
El Gobierno brasileño, en colaboración con el banco estatal BNDES (Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social), está finalizando un paquete de medidas de apoyo financiero. Este paquete está diseñado para refinanciar las deudas de agricultores morosos, así como de distribuidores de insumos agrícolas y minoristas de maquinaria y combustible. Carlos Favaro, Ministro de Agricultura y Ganadería, destaca que este esfuerzo busca aliviar la carga financiera del sector, ofreciendo préstamos en dólares o reales brasileños con condiciones favorables, incluyendo un periodo de gracia de dos años y un plazo de devolución de cinco años.
El ministro Favaro subrayó la importancia del sector agrícola como principal motor de crecimiento económico de Brasil y aseguró que el BNDES, conocido por su baja tasa de morosidad, desempeñará un papel crucial en esta iniciativa. El tamaño del programa será «tan grande como sea necesario», con detalles que serán anunciados este mes.
La situación ha llevado a un número alarmante de agricultores a solicitar protección por quiebra, afectando negativamente las ventas de productos esenciales como fertilizantes y tractores. Esto, a su vez, perjudica a los inversores en fondos centrados en la agroindustria (Fiagros).
La caída de los precios de cultivos no solo responde a la sobreoferta global, sino también a factores específicos que han llevado a que el maíz y la soja en Brasil coticen con descuentos significativos respecto a los futuros en Chicago. La financiación propuesta busca proporcionar un alivio muy necesario para el sector, aunque el BNDES aún debe finalizar las condiciones y aprobar oficialmente las líneas de crédito.
Este movimiento del Gobierno de Brasil refleja un esfuerzo significativo por estabilizar y revitalizar el sector agrícola, crucial para la economía del país, en un momento de desafíos sin precedentes.