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“El impacto económico de la transformación de las granjas a sistemas sin jaulas supondrá para los productores de huevos españoles unas inversiones totales de más de 2.300 millones de euros”, según señala la Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (INPROVO), en base al Informe técnico independiente sobre el “Impacto económico de la propuesta legislativa de la UE en materia de Bienestar Animal para el sector de la avicultura de puesta” realizado por los Doctores D. Carlos Garcés Narro y Dña. María Dolores Soler Sanchís, Profesores de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia.
Para adaptarse a la nueva normativa, INPROVO solicita:
- Ayudas financieras de la UE con fondos adicionales.
- Tomar las decisiones en base a evidencias científicas.
- Prohibir la construcción de nuevas instalaciones con jaulas desde el momento en el que se publique la nueva regulación.
- Un plazo de adaptación de 15 años en lugar de los 10 años propuestos por la CE.
- Establecimiento de un plan de abandono con ayudas para aquellos productores que no deseen continuar su actividad.
Modificaciones en la densidad máxima de las granjas
Otra de las propuestas promovidas por la Comisión Europea es la reducción de la densidad de las granjas, pasando de 9 a 5 gallinas por m2 en espacios interiores, y a 7 gallinas por m2 en el caso de que tengan acceso exterior.
Según el COPA-COGECA, con esta nueva medida el número de gallinas ponedoras podría descender un 13% en la Unión Europea, pasando de los 379 millones de aves actuales a un censo de 330 millones. Asimismo, la producción también se verá afectada por la ligera reducción en la productividad por gallina ponedora en sistemas sin jaulas. Así, la UE pasaría de ser excedentaria a tener que importar huevos.
Las organizaciones del sector avícola español calculan que esta propuesta supondrá para las granjas españolas una reducción de la capacidad de alojamiento de aves de un 44%. Para mantener los actuales niveles de producción, serán necesarias inversiones de 800 millones de euros, y disponer de importantes extensiones de terreno apto para su construcción. Además, los productores tendrán que realizar trámites complejos para la obtención de los permisos para la instalación de nuevas granjas, lo que supondrá una demora en los plazos para la transición.
Por ello, las organizaciones del sector avícola español valorarían positivamente mantener la actual densidad, ya que las inversiones necesarias para aplicar la norma prevista son desproporcionadas respecto al beneficio que aportan al bienestar de las aves, ya que reducir la densidad no es un factor decisivo de bienestar.
Incrementos en los costes de producción
Los sistemas de producción alternativos suponen un incremento de los costes en prácticamente todos los eslabones que participan en la producción de huevos. Según señalan los doctores Garcés y Soler, el coste de producir una docena de huevos en el sistema de gallinas sueltas en gallinero sería un 17,3% más que producirlo en jaulas, mientras que en el caso de las gallinas camperas el aumento sería del 30,9%.
Extrapolando estos incrementos a la totalidad de la producción nacional, el estudio estima un encarecimiento de casi 178 millones de euros anuales por la prohibición de las jaulas.
Por ello, el sector del huevo considera que los plazos de transición deben ser más amplios, para favorecer un cambio progresivo tanto para los productores como para los consumidores, y evitar alteraciones en el mercado y en los precios.
Mayores costes regulatorios
El trabajo de Garcés y Soler estima también que la transición hacia sistemas de producción alternativos supondrá un incremento de los costes regulatorios cercano al 40% respecto a los que soportan los principales países terceros competidores, a lo que hay que sumar otro 16% de sobrecoste que ya asumen los productores de huevos europeos en sistema de jaulas acondicionadas, que es el de menor coste.
Uniendo ambas cifras, se concluye que producir en España huevos de gallinas sueltas en el gallinero, que sería la opción más económica, supondría un sobrecoste regulatorio de más del 55% frente a países terceros competidores.
Por ello, el sector del huevo necesita protección y reciprocidad en los tratados comerciales con terceros países, medidas que evitarían la deslocalización de la producción comunitaria a países con menores costes, y mantendrían la soberanía alimentaria en un alimento básico, fresco y de proximidad como es el huevo.
El huevo español
España es el tercer mayor productor de Europa, con el 12% de la producción total, solo por detrás de Francia y Alemania. Hay más de 1.500 granjas de gallinas ponedoras en España, la mayoría PYMES de capital español y de carácter familiar, que generan unos 15.000 puestos de trabajo directos y en torno a los 60.000 empleos indirectos,
Según estimaciones del MAPA, el sector del huevo español alcanzó el año pasado una facturación de 2.301 millones de euros, lo que supone el 8,31% del valor de la producción total ganadera y el 3,54% de la producción agraria. En total, se produjeron en España 1.139 millones de docenas de huevos.