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La planta genera 44.400 toneladas de biomasa.
El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua y, demás, problemas ambientales que azotan al planeta, han hecho que hoy en días en las empresas se sume un nuevo objetivo: el desarrollo sostenible.
Un ejemplo es el que adelanta Palmas del Cesar con su planta de biocompost, la cual recibe subproductos orgánicos biodegradables para que sean reincorporados en sus cultivos de palma de aceite.
El proceso, según el líder de sostenibilidad de Palmas del Cesar, Sergio Gamboa, consiste en aprovechar los subproductos biodegradables que se generan en la extracción del fruto de palma.
Esos recursos naturales aprovechables son la tusa, que corresponde a los racimos de la palma que contienen el fruto. La fibra, una biomasa voluminosa y fibrosa que queda de la torta del prensado de los frutos. Y por último, pero no menos importante, el lodo y la ceniza.
También utilizan otros productos orgánicos como cáscaras de huevo, papa, yuca, entre otros, que quedan en el casino (comedor de la empresa).
“Este es un proceso de transformación aerobio, es decir, necesita oxígeno para bajar temperaturas y para considerar las condiciones que se requieren transformar”, es la explicación de Gamboa.
Tras 45 días, estos desechos ya compactos se convierten en biocompost o acondicionador de suelos, debido a que cambia por lo menos una característica física, química o microbiológica del suelo al que se le aplique.
“(El acondicionador de suelos) trae diferentes beneficios como lo es el pH, ya que tiene uno neutro que estabiliza lo que estamos generando acá. También tiene condiciones muy buenas en relación carbono – nitrógeno, por lo que cualquier persona que tenga un cultivo y quiera mejorarlo le resultará muy fácil hacerlo con el compostaje”, comenta.
De hecho, entre mayo y diciembre del año pasado, la planta procesó más de 44.400 toneladas de biomasa (materia orgánica que hay presente en los residuos agrícolas, forestales y agroalimentarios) y generó alrededor de 8.100 toneladas de biocompost, las cuales, por el momento, están dispuestas para los cultivos de la empresa.
“Esto es lo que conocemos como economía circular, en donde ingresan unos productos al proceso agroindustrial y no se generan unos residuos. No desechamos nada, todo lo reincorporamos y lo aprovechamos en beneficio de la propia de nutrición de nuestras palmas”, precisa.
Reducción del dióxido de carbono
Otro proyecto ambiental que apunta al desarrollo sostenible es la planta de biogás que tiene Palmas del Cesar en San Martín, en el vecino departamento.
El mecanismo se divide en tres fases; la primera direccionada a recoger el gas que produce el sistema de tratamiento de aguas residuales.
“Los vertimientos y las aguas residuales de la planta extractora llegan al sistema de tratamiento donde se bajan los contenidos de la carga orgánica y permite hacer después vertimientos de cuerpos de agua, entonces esta infraestructura nos permite hacer esa reducción de cargas contaminantes”, según Carlos Fernández, director de la planta de beneficio de la empresa.
En ese proceso de descomposición se generan gas y lodo (biodigestores) que salen por unas tuberías blancas a la parte baja de la infraestructura donde se queman con máquinas especiales.
La segunda fase del proyecto, en palabras de Fernández, está enfocada en quemar el gas al 100 %. “Esto nos va a permitir generar los famosos bonos de carbono con los cuales la compañía puede entrar a hacer parte del mercado ofertante de ese sector”, menciona.
La tercera fase tiene relación con el aprovechamiento del gas para producir energía eléctrica que abastecerá la planta extractora. Actualmente, la empresa autogenera el 50 % de la energía y el restante lo toma de la red pública, por ende, con esta fase final se busca suplir el 100 % de la energía a sus instalaciones.
Asimismo, pretende generar 8.000 kilovatios al año con 270.000 toneladas de palma y reducir la emisión contaminante de 700 toneladas del dióxido de carbono.
¿Por qué aceite de palma sostenible?
Según la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible, RSPO (por sus siglas en inglés), el aceite de palma es el más versátil del mundo, porque además de ser utilizado para cocinar, se encuentra en innumerables productos de supermercado como jabones o pastas de dientes.
Sin embargo, cuando proviene de cultivos no sostenibles, el aceite de palma puede dañar los bosques y poner en peligro a las comunidades y la vida silvestre.
“En algunas regiones se ha producido aceite de palma de manera irresponsable. Los bosques han sido talados o dañados para cultivar aceite de palma, lo que ha afectado tanto a la vida silvestre como a las comunidades locales. Y los trabajadores y agricultores que producen aceite de palma en algunos lugares han sufrido malas condiciones laborales y bajos salarios”, explica la entidad.
Por tanto, los palmicultores y las empresas del sector apuntan por un desarrollo sostenible que proteja a la vida silvestre, el medio ambiente y a las familias que dependen de esta economía.
“Las compañías están condenadas a la sostenibilidad, no es la meta, es el camino y nunca termina; nosotros como empresa con los aliados palmeros somos conscientes de que la actividad se debe hacer bien por más de 60 años, ya que la palma es un negocio de largo plazo.
En los negocios como el nuestro los costos como fletes y el dólar siempre suben y bajan, por lo que RSPO al certificar el sector palmero, verifica que nos adaptamos a las condiciones al mercado y segundo somos más productivos, eficientes y competitivos al ser sostenibles”, asegura Fabio González, gerente de Palmas del Cesar.
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*Tomado de: https://www.laopinion.co/zona-verde/esta-es-la-planta-para-que-cultivos-de-palma-sean-amigables-con-el-medioambiente