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Generar confianza, fomentar un enfoque colaborativo y seguir supervisando el suministro de alimentos. Estas son algunas de las recomendaciones publicadas ayer por el grupo de expertos sobre el Mecanismo Europeo de Preparación y Respuesta ante Crisis de Seguridad Alimentaria (EFSCM por sus siglas en inglés) para mitigar los riesgos y vulnerabilidades que ponen en peligro las cadenas de suministro de alimentos. La publicación establece un marco general de medidas y acciones preventivas que deben adoptarse, común a todos los miembros.
La cadena de suministro de alimentos de la UE ha demostrado su resiliencia y eficiencia en las primeras semanas del COVID-19 en 2020 y en las perturbaciones comerciales que siguieron a la agresión de Rusia a Ucrania a principios de 2022. Los ciudadanos de la UE pueden tener acceso en todo momento a un suministro suficiente y variado de alimentos seguros, nutritivos, asequibles y sostenibles. Sin embargo, esta situación y el trabajo de todos los actores a lo largo de la cadena no pueden darse por sentados. Varios riesgos y vulnerabilidades podrían amenazar la estabilidad de la que ahora nos beneficiamos ahora.
En un informe publicado por el Centro Común de Investigación (JRC) en noviembre de 2023 se identificaron 28 categorías de riesgo (biofísico y medioambiental, económico y de mercado, sociocultural y demográfico, geopolítico e institucional, rendimiento de la cadena de suministro, información y tecnología) y nueve factores principales de vulnerabilidad. Un subgrupo del EFSCM ha trabajado desde finales de 2023 hasta ahora para elaborar un proyecto de recomendaciones para mitigar los riesgos sobre la base de las conclusiones presentadas por el JRC.
El objetivo era acordar un conjunto general de recomendaciones que pudieran ser de utilidad para todos los actores de la cadena y sentar las bases para posibles análisis futuros, detallados y específicos de cada riesgo. Se espera que todas las autoridades nacionales y las partes interesadas utilicen el asesoramiento brindado para su propia planificación estratégica, preparación y gestión de crisis.
El informe presenta dos principios generales para mitigar los riesgos: Ser capaz de colaborar y adaptarse para abordar los riesgos de manera integral y hacer pleno uso de las plataformas existentes para compartir información crítica relacionada con los riesgos y las amenazas emergentes, como, por ejemplo, el grupo de expertos sobre el Sistema de Información sobre los Mercados Agrícolas y Forestales (SIMA), el cuadro de indicadores sobre el suministro de alimentos y la seguridad alimentaria y el Sistema de Información sobre los Mercados Agrícolas (SIMA), permite dar una respuesta colectiva a los desafíos.
El informe también incluye diez medidas estructurales para reforzar la resiliencia a largo plazo de la cadena alimentaria y seis consejos para fortalecer la preparación ante las crisis.
El informe reconoce que el marco jurídico de la UE, incluidas la Política Pesquera Común y el conjunto de herramientas de la Política Agrícola Común, sigue siendo fundamental para aumentar la estabilidad y la continuidad de la disponibilidad de alimentos. El grupo también destaca la necesidad de adoptar medidas de política industrial sólidas, como la Estrategia Industrial de la UE , para reforzar la capacidad de fabricación de insumos y tecnologías esenciales en Europa y en los países socios. Deben evitarse las restricciones y barreras injustificadas para garantizar el buen funcionamiento del mercado único.