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La ilegalidad en el sector, que oscila entre 37% y 40%, y el alto número de exportaciones podría estar afectando los precios del producto
Desde 2021, el precio de la carne ha venido incrementando. Para ese momento, la principal causa era la alta demanda por la recuperación que presentaba el país luego de la pandemia. Solo entre enero y septiembre de 2021 subió 24,1% su precio. El alza no ha parado y en 2023 ha registrado repuntes de 22 % en menos de un mes, aproximadamente $4.000, lo que ha dejado el valor del kilo en $22.000.
Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), durante el trimestre octubre-diciembre, el sacrificio de ganado vacuno (816.451 cabezas) disminuyó 4,7% con relación al mismo trimestre de 2021. En esta línea, los frigoríficos pueden verse obligados a parar operaciones, lo que en consecuencia generaría desabastecimiento local.
“El alza de precio de la carne nos afecta en la caída del volumen de los procesos debido a que nuestros clientes, que son los que realmente venden la carne, dejan de hacer procesos en nuestra planta”, aseguró Santiago Turizo, gerente general de Frigosinu.
La planta ha disminuido el procesamiento en términos de volumen. Por ejemplo, en 2019 bajó 21%; en 2020 cayó 11%, en 2021 la caída fue de 16% y en 2022 retrocedió 7%. Esto, según la compañía por las exportaciones de ganado en pie que ha afectado el precio interno.
Desde Friogan, “el tema de cambio de precios del alza de la carne nos ha impactado porque además ha bajado sustancialmente el consumo de la población y el sacrificio ha caído en 30%. La diferencia de precios que había con 2020 es alarmante, pero también tenemos otra contingencia, que la ilegalidad ha aumentado y está entre 37% a 40% de los sacrificios del país”, explicó Carlos Patiño director ejecutivo de Friogan.
Esto, según la Asociación de Frigoríficos, se debe a la especulación, donde las empresas exportadoras puedan llegar a pagar mejores precios por el ganado de lo que se puede hacer en el mercado local, por lo que prefieren exportar la carne, que venderla en el territorio nacional.
“Según el Gobierno, las exportaciones bajaron a un índice normal de 4.000 cabezas; sin embargo, bajar el precio de la carne va a ser un poco complejo. Hoy tenemos una situación donde se ha perdido el consumo de la carne por los colombianos ante la imposibilidad de poder pagar los precios. Entonces las plantas han pensado en parar operaciones”, dijo Álvaro Urrea, presidente de la Asociación de Frigoríficos de Colombia.
Desde Fedegan aseguran que hace siete meses el precio del ganado ha venido bajando. “En consecuencia, si la carne ha subido es porque hay un cartel que lleva el ganado a plantas de sacrificio informales y terminan especulando. En Bogotá hay dos plantas, pero quienes distribuyen la carne en las más de 5.000 carnicerías son los carteles informales que han abundado”, dijo José Félix Lafaurie, presidente de Fedegan.
Consumo de carne ha sido sustituido por otras proteínas por la producción
La baja producción de carne podría desencadenar, según Jaime Liévano, presidente de Aliar – La Fazenda, altos costos en el precio de la carne de res. “El sistema y la cadena de producción ganadera que tiene Colombia es altamente costoso. Por esta razón, ha venido disminuyendo en forma sustancial y como consecuencia de esto tenemos menos oferta e incrementos en el precio. En 2000, los colombianos consumían cerca de 28 kilos de carne al año y hoy va en 17 kilos”, lo que podría ser reemplazado por otras proteínas.