Según el reciente informe, se han introducido más de 37.000 especies exóticas en todo el mundo. Imagen: JOAQUIN SARMIENTO/AFP/Getty Images
Un informe de IPBES sobre especies exóticas invasoras analiza el impacto de estos animales en regiones de todo el mundo.
El reciente informe de la evaluación sobre las especies exóticas invasoras y su control, aprobado en Bonn (Alemania) por la Plataforma Intergubernamental Científico – Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), ha hecho sonar la alarma: las actividades humanas han introducido más de 37.000 especies exóticas en regiones y biomas de todo el mundo.
El problema es que, de estas, más de 3.500 de ellas son nocivas, amenazando gravemente la naturaleza, y las especies exóticas invasoras son uno de los cinco principales impulsores de la pérdida de biodiversidad, junto con los cambios en el uso de la tierra y del mar, la explotación directa de los organismos, el cambio climático y la contaminación.
Elaborado por 86 expertos de 49 países, entre ellos 14 latinoamericanos, «es el primer informe a escala global en analizar los impactos causados por las especies exóticas invasoras en todos los grupos de organismos, plantas, animales, hongos y microorganismos, en ecosistemas marinos y terrestres”, explica a DW Aníbal Pauchard, co-presidente de informe IPBES sobre especies exóticas invasoras.
Globalización
Al igual que en otras regiones, la globalización es una de las causas del aumento de dichas especies en América Latina y El Caribe. «Hay muchas especies invasoras que pueden considerarse representativas de la región, como el castor en el cono sur de Sudamérica, los mosquitos portadores de enfermedades, el arbusto espinillo Ulex, el hongo quítrido que afecta a anfibios, y el caracol africano”, apunta.
Asimismo, «las extinciones locales de especies nativas causadas por especies exóticas invasoras, como la rana toro y el tucunará ya han sido registradas en ecosistemas acuáticos y terrestres en diferentes regiones de América Latina”, lamenta a DW Rafael D. Zenni, investigador de la Universidad Federal de Lavras (Brasil).
Pérdida de riqueza y salud
A menudo, las especies exóticas invasoras son ignoradas, hasta que es demasiado tarde. Un ejemplo de ello son los hipopótamos de Pablo Escobar en Colombia. «El tráfico ilegal de especies y los controles sanitarios en la frontera causaron la introducción de esta especie. Después, las limitaciones en regulaciones sobre el manejo de bienes incautados por acciones delictivas facilitaron el escape de los cuatro individuos originales, los cuales hoy en día son cerca de 130”, puntualiza a DW Alejandro Ordoñez, profesor colombiano en la Universidad de Aarhus.
Según el reporte de IPBES, el costo económico mundial de las especies exóticas invasoras superó los 423.000 millones de dólares anuales. «Cerca del 10 por ciento de este valor, sería para América Latina”, explica a DW Martín Nuñez, científico argentino que ha contribuido en el reporte, recordando que las personas más afectadas son las más vulnerables, como «los agricultores de pequeña escala, que se ven afectados por una nueva maleza o plaga”, enumera. «Es un gran problema para millones en la región”, lamenta.
“Las especies exóticas invasoras también son un importante vector de enfermedades tropicales, como el dengue”, advierte Zenni. “Esto afecta negativamente a la calidad de vida de miles de personas, algo que suele ser subestimado”, complementa a DW Evangelina Schwindt, investigadora principal en el Instituto de Biología de Organismos Marinos del CONICET (Argentina). “Es un ejemplo de la complejidad de la problemática, que requiere soluciones integrales”, asegura.
Del problema a la solución
Pauchad, también profesor de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción (Chile) recuerda que una de las particularidades del informe es que, además de dar una panorámica de la situación, “propone opciones de manejo y políticas públicas para hacer frente a este problema en cualquier país del mundo”.
En este sentido, Ordoñez, el investigador colombiano, detalla algunas de las acciones que se necesitan llevar a cabo, desde un punto de vista regulatorio: “Coordinación entre sectores, tener planes nacionales para el manejo de especies exóticas invasivas e involucrar a todos los actores”. Se tratan de “tres puntos clave de lo que en el reporte llamamos ‘gobernanza integrada de las invasiones biológicas’”, recalca Ordoñez.
“Algunos países de América Latina ya tienen estrategias nacionales para las invasiones biológicas y más países podrían crear las suyas”, explica el investigador brasileño Rafael D. Zenni, apuntando que las soluciones indicadas en el reporte son aplicables en la región. No obstante, “algunas requieren cambios legislativos”, agrega Zenni.
Colaboración de actores clave
“Estas estrategias pueden integrarse entre los países de la región para minimizar el tráfico y transporte de especies invasoras, es decir, maximizar la prevención”, complementa, por su parte, Evangelina Schwindt, que aboga por la colaboración de todos los actores clave.
“Un mayor éxito en el manejo de especies exóticas se alcanza cuando gobiernos, sectores privados, oenegés, sector público y pueblos originarios, pueden participar de los procesos de decisión. De esa forma, se logra un mayor consenso y aceptación de las medidas”, concluye Schwindt, la experta argentina. (ms)