Una de las acusaciones más extendidas contra la ganadería es la cantidad de emisiones de C02 que ésta genera, pero, las emisiones procedentes de la ganadería suponen solo un 11,2% del mundo (y en Europa no llegan al 7%). Así lo ha recordado veterinario Juan Pascual, autor del libro “Razones para ser omnívoro, por tu salud y la del planeta”, que participó en la XXXVIII Jornada Ganadera, Forestal y de la Dehesa.
“Dejar de comer carne o de beber leche no va reducir el impacto de la huella de carbono”, explicó. Además, el CO2 que emite un animal tiene un ciclo muy diferente al de los combustibles fósiles. El metano de una vaca se degrada en 10 años, mientras que las emisiones de los combustibles fósiles tardan mil años.
También aclaró que las emisiones totales del consumo de carne en España por habitante y año (estimando un consumo de 10 kg de vacuno, 15 Kg de pollo, 110 litros de leche y 40 kg de porcino), suponen un total de 701 kg de C02, cuando sólo un vuelo de Nueva York a Londres supone unas emisiones directas de 900 kg de CO2 por pasajero.
A esto hay que sumar que “el ganado no sólo da carne, también limpia el monte, da estiércol (el 50% de los fertilizantes del mundo), no genera microplásticos, apenas produce desperdicio alimentario, recicla, ayuda a evitar incendios (el campo está mejor conservado) y, al evitar enfermedades al ganado, se protege la fauna”.
Asimismo, como desmintió Juan Pascual, no es cierto que la ganadería consuma recursos necesarios para los humanos, ya que el 86% de lo que come el ganado no es digestible para nosotros (paja, piel de cítricos, pulpa de remolacha, torta de girasol…), y por tanto con ello también reciclan. Tampoco es cierto que comer carne produzca cáncer. “El riesgo está demostrado sólo con carne procesada y es muy bajo, y además, el consumo de lácteos tiene efectos protectores contra esta enfermedad”, añadió.
En este sentido, sobre la moda de las dietas veganas y lo “cool” de no comer carne, el veterinario aclaró que más de diez asociaciones médicas desaconsejan estas dietas (bajas en hierro y en otros nutrientes básicos ) y que el 84% de las personas que dejan de comer carne vuelven a hacerlo en pocos meses, mientras que el 50% de los veganos realmente no respetan su propio compromiso y consume productos animales.
Los falsos mitos que se atribuyen a no comer carne, han llegado incluso a los manuales escolares, “donde se meten ideas en contra de esta actividad”. Como informó Pascual “hay una minoría exigua que ha conseguido dominar el relato, una clase política que cree representar a un pensamiento dominante, pero no es así, y hay incluso lugares europeos donde se imponen los menús veganos en escuelas, hospitales, y edificios públicos, pese a que la mayoría de ciudadanos no está a favor”. Por ello, “si dato no mata relato, al menos ayuda”, añadió el veterinario, por lo que pidió a los ganaderos que se formen para poder rebatir con argumentos cualquier ataque que se lance contra este sector.