Alarma por los dólares del campo: millonarias pérdidas en maíz por una peligrosa plaga

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La chicharrita mide 3-4 mm, es de apariencia traslucida y color amarillo, con las alas más largas que el abdomen de color crema y dos puntos oscuros en el vértice de la cabeza. FOTO: Contenidos CREA Imagen: 1/1

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La chicharrita sigue haciendo estragos en el maíz. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires volvió a recortar la cosecha del cereal a 52 millones de toneladas, 4,5 millones de toneladas menos de lo que se había estimado en febrero, lo que significan pérdidas por casi U$S 900 millones.

La chicharrita es un insecto que transmite de manera persistente y propagativa la bacteria Spiroplasma kunkelii, causante de una enfermedad que ha mostrado una incidencia recurrente en el norte del país; sin embargo, durante las últimas semanas la situación comenzó a complejizarse en toda la superficie agrícola.

Esta plaga provoca graves pérdidas en los rendimientos, generando graves consecuencias económicas y productivas. Su presencia se manifiesta en la rápida degradación de los cultivos, con una marcada disminución en su crecimiento y rendimiento.

Según datos de la Bolsa de Cereales porteña, la cosecha de maíz con destino grano comercial alcanza al 11,1 % de las 7,2 mllones de hectáreas sembradas a nivel nacional. El rendimiento promedio semanal en zona núcleo fue de 10.400 kilos, lo que refleja muy buenos resultados para el temprano.

De todas maneras, el constante reporte del crecimiento poblacional de la chicharrita, junto con la aparición de síntomas característicos de la infección asociada a esta plaga, se extiende hasta latitudes cercanas al departamento de General Roca (Córdoba) y se suma a las regiones afectadas ya mencionadas en informes anteriores.

Cabe recordar, que el sur y el centro-norte de Córdoba aportan el 28 % del total de maíz y que la proporción de siembra tardía es del 92% en esa región. Asimismo, al sur de la provincia de Santiago del Estero los rindes esperados bajan significativamente debido al impacto de la enfermedad, pero hacia el norte las mermas relevadas se deben mayormente a la falta de humedad en los perfiles. Mientras tanto, en el noreste de Buenos Aires y en San Luis, si bien la enfermedad también se ha hecho presente, la incidencia hasta el momento es menor.

En este contexto, el cálculo de producción de maíz es de 52 millones de toneladas, 4,5 millones menos respecto a la proyección del mes de febrero, aunque desde la entidad no descartan «nuevos ajustes» dado que el impacto real de los daños aún continúa siendo evaluado». Hace 15 días ya había mermado la estimación a 54 millones de toneladas.

Según los cálculos del analista Gustavo López, presidente de Agritrend, esta menor producción mermará el ingreso de dólares al país. Teniendo un valor Fob de US% 180-US$ 190, dejarían de ingresar unos U$S850 millones. Y el Estado, a través de retenciones (12%), pierde más de US$ 100 millones.

El maíz es uno de los principales productos que exporta Argentina. De acuerdo a los datos del Indec, en 2023 el maíz lideró el ranking de las exportaciones en volumen, con 23, 9 millones de toneladas. Y quedó en segundo lugar en ingresos, con US$ 6.200 millones.

Mirando lo que viene

Dalbulus maidis desarrolla su ciclo entre la primavera y el verano, y cuando llega el invierno sobrevive en plantas silvestres, en cultivos invernales (avenas, cebada, trigo, centeno), pero sólo para pasar el invierno.

“Hasta el momento no se ha visto en esos cultivos síntomas de la enfermedad que transmite”, tranquilizó el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (FCA-UNLZ) y Magíster en control de plagas y su impacto ambiental, Néstor Urretabizkaya, en un informe lanzado por Coninagro.

Recomendó a los productores “estar muy atentos y monitorear muy bien durante todo el invierno” para ver cómo transcurre la presencia de la chicharrita en las plantas hospederas.

En segundo lugar, “sí o sí hay que hacer tratamiento de semillas en todos los cultivos de maíz que se vayan a sembrar el año próximo, usando insecticidas sistémicos, que permiten la movilidad en la plántula desde la semilla, y dan cierta residualidad. Entre ese tipo de productos figuran los neonicotinoides para asegurar protección en los primeros 15 a 30 días de plántula”, detalló.

Es importante recordar que no existen productos registrados para el control de la enfermedad, por lo tanto siempre hay que trabajar sobre el control del insecto vector, monitoreo y aplicaciones de fitosanitarios cada vez que sea necesario.

E insiste: “No hay que dejar de monitorear el cultivo de maíz en las primeras etapas, hasta la segunda o hasta la cuarta hoja por lo menos, para descartar la presencia de Dalbulus. Éstas serían sugerencias para la próxima campaña”

*Tomado de: https://www.clarin.com/rural/alarma-dolares-campo-plaga-argentina-pierde-ingresos-us-900-millones_0_cSh59plboj.html