Polisombras y sistemas de ventilación evitarían el estrés de vacas, cerdos y gallinas en climas extremos

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Por debajo de 24 °C el animal debe consumir más alimento y destinar los nutrientes y la energía a funciones de mantenimiento, pero si la temperatura aumenta es menos activo. Foto: Nicol Torres Unimedios.

Agencia UNAL: Universidad Nacional de Colombia

Utilizando datos de temperatura, humedad y viento, obtenidos de servidores de la NASA, investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) proponen diferentes estrategias para mitigar los efectos del estrés, que afectan la salud y la productividad de vacas, cerdos, caballos o gallinas en regiones muy calientes; en ese sentido, las polisombras, esas telas sintéticas que se suelen utilizar cuando se construyen edificios o vías, serían unas aliadas fundamentales para crear una barrera física que proteja a los animales de los rayos solares y otros elementos climáticos.

La investigación, del ingeniero agrícola Pablo Ruiz, magíster en Meteorología de la UNAL, se realizó en tres Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), en donde los reincorporados adelantan proyectos productivos, en el marco del Acuerdo Final de Paz. Estos fueron los ETCR de Tierra Grata, ubicado en Manaure del Balcón del Cesar (Cesar), Caño Indio, en Tibú (Norte de Santander) y Miravalle, en San Vicente del Caguán (Caquetá), cuyas temperaturas oscilan entre 28 y 33 °C.

“Si las temperaturas exceden ciertos límites, los animales comienzan a mostrar signos de estrés, y si se salen de su rango de confort térmico dejan de alimentarse y consumen más energía para mantener su temperatura corporal”, amplía.

Por debajo de 24 °C el animal debe consumir más alimento y destinar los nutrientes y la energía a funciones de mantenimiento, mientras que si la temperatura es superior, el animal es menos activo.

Esto se traduce en pérdidas económicas para los productores, especialmente en el caso del ganado, ya que el estrés en el animal reduce la producción de leche y carne.

Para el estudio, el magíster utilizó reportes de satélites obtenidos a través de la plataforma Giovanni, un sistema proporcionado por la NASA que permite acceder a datos procesados de temperatura, humedad y viento. Los datos se obtuvieron para el periodo del 1 de octubre de 2002 al 1 de julio del 2019, con el fin de observar tendencias del comportamiento climático. “Para estimar las condiciones climáticas en las áreas rurales escogidas usamos mediciones indirectas de los satélites”, menciona.

La importancia del confort térmico

Los resultados revelaron que los animales estudiados sufrían algún grado de estrés térmico en las zonas analizadas. Por eso, según el magíster, “si no se implementan medidas para controlar el clima, ellos podrían estar en riesgo fisiológico, lo que no solo afectaría su salud sino también la sostenibilidad de los proyectos productivos”.

Por ejemplo, en zonas húmedas, los animales pueden sufrir estrés debido a la humedad y el calor, lo que puede afectar su salud y productividad. Cuando estos se encuentran en un espacio con un 60 % de humedad, se considera que están en condiciones de confort, si se sobrepasa este rango hay que estar alerta, pero si llega al 90 % están en peligro de colapsar, en incluso de morir.

“La humedad excesiva puede facilitar la propagación de enfermedades en los animales, como la dermatitis y las infecciones respiratorias. Mantener un ambiente limpio y seco ayuda a prevenir estas enfermedades”, explica el magíster.

Considerando que las tres zonas se encuentran en regiones cálidas y húmedas, con población de escasos recursos económicos, y deficiencia en el suministro de fluido eléctrico, se recomiendan estrategias pasivas de climatización como: orientación oriente-occidente, polisombras como protecciones solares próximas a las aberturas de las instalaciones, utilizar materiales aislantes en las cubiertas, o cielos rasos con cámaras de aire; además, se pueden utilizar cubiertas con alturas superiores a 3 m, de colores claros y reflectivos en la parte superior, también paredes claras, con el fin de disminuir la carga radiante sobre las edificaciones. También es posible realizar ventilación híbrida (natural y mecánica) cuando las condiciones lo permitan.

“Con la crisis climática que estamos enfrentando es crucial que implementemos soluciones para mitigar el impacto en la producción animal y para garantizar su bienestar”, afirma el investigador.

El ingeniero agrícola destaca que con su investigación intenta llenar el vacío teórico en el análisis del bienestar animal en Colombia. Su trabajo fue dirigido por el profesor Robinson Osorio, del Departamento de Ingeniería Agrícola, de la Facultad de Ingeniería de la UNAL.

*Tomado de: https://agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/polisombras-y-sistemas-de-ventilacion-evitarian-el-estres-de-vacas-cerdos-y-gallinas-en-climas-extremos